miércoles, 14 de febrero de 2007

Masoquismo y Freud

En un anterior artículo (1) ya he abordado, si bien someramente, la perspectiva que Freud nos ofrece en torno al Masoquismo. No obstante, la importancia e influencia de su obra hace que en este artículo me centre en un análisis pormenorizado de la misma.
Ya en sus "Tres ensayos sobre una teoría sexual"(1905) (2) hace referencia al Masoquismo en los siguientes términos: "no es otra cosa que una prosecución del Sadismo vuelto hacia la propia persona, la cual en un principio hace las veces de objeto sexual". Puede afirmarse, pues, que el Masoquismo abarcaría las actitudes "pasivas" hacia la vida y el objeto sexual, donde la satisfacción se encuentra en el hecho de padecer dolor (físico o anímico) infligido por el objeto sexual. Así, para Freud el Sadismo es primario y el Masoquismo secundario, ya que nace por transformación a partir del Sadismo.
En "Pulsiones y destinos de la pulsión"(1915) (3) Freud afirma que el aparato psíquico debe hacer algo con las pulsiones, en pocas palabras: tramitarlas, esto es, proveerle la satisfacción que buscan. Se extenderá en los destinos, que básicamente son: trastorno en lo contrario, vuelta hacia la propia persona, represión y sublimación. Así, de una u otra forma, la pulsión se satisface siempre.
En "Más allá del principio del placer"(1920) (4) Freud, que hasta la fecha, sostenía que el aparato anímico funcionaba regido por el Principio del placer, quien se encargaba de mantenerlo libre de exceso de excitación, evitando así el displacer, ahora encuentra situaciones donde este principio no domina. Así el Principio del placer es remplazado por el Principio de realidad y el Masoquismo pasa a ser primario y no secundario, tal y como defendía hasta este momento.
Será en 1924 en su obra "El problema económico del Masoquismo" (5) cuando asistimos a una auténtica reformulación de sus indagaciones en torno al Masoquismo. Comienza su discurso con la siguiente afirmación: "La aparición de la tendencia masoquista en la vida instintiva humana plantea, desde el punto de vista económico, un singular enigma". Y así es, si hasta la fecha la postura de Freud es que el Principio del placer gobierna los procesos anímicos y el Principio del placer-displacer era idéntico al Principio de Nirvana, pero aquí Freud se da cuenta que es indudable que existen tensiones placenteras y distensiones displacenteras. En el lugar del eje que portaba el Principio de placer queda ahora la pulsión, y la pulsión, en sentido estricto, es pulsión de muerte.
Freud establece tres formas distintas de Masoquismo: como condicionante de la excitación sexual (erógeno); como manifestación de la femineidad (femenino) y como norma de la conducta vital (moral). En todos ellos hay un componente erógeno, el placer en el dolor.
Allí donde la pulsión de muerte y la libido se entrelazan, allí es precisamente, donde Freud indica que se hace preciso discernir el Masoquismo.
El Masoquismo primitivo acompaña a la libido en todas sus fases de desarrollo, tomándole prestados todos sus distintivos psíquicos: la angustia de ser devorado, proviene de la organización oral y el deseo de ser golpeado, proviene de la fase sádico-anal.
Se trata, en definitiva, de una relación entre el yo y el super-yo, cuya necesidad se satisface mediante castigo y padecimiento.

BIBLOGRAFÍA

(1) Lestat S.M. : UNA APROXIMACIÓN HISTÓRICO-CONCEPTUAL AL MASOQUISMO, Barcelona, 2007.
(2) S. Freud: TRES ENSAYOS SOBRE UNA TEORÍA SEXUAL, "Obras completas", t. VII. Amorrortu, Buenos Aires, 1976.
(3) S. Freud: PULSIONES Y DESTINOS DE LA PULSIÓN, "Obras competas", t. XIV. Amorrortu, Buenos Aires, 1976.
(4) S. Freud : MAS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER, "Obras completas", t. XVIII.
Amorrortu, Buenos Aires, 1976.
(5) S. Freud : EL PROBLEMA ECONÓMICO DEL MASOQUISMO, "Obras completas", t. XIX. Amorrortu, Buenos Aires, 1976.